La papilla de cereales para bebés es lo primero en lo que se suele pensar cuando vamos a empezar con la alimentación complementaria. Y más aún cuando es la del primer hijo (para el segundo has aprendido algo por el camino, que igual te sirve, o no, jeje).
Casi seguro que si tienes un bebé con más de 6 meses, has comprado alguna caja de cereales en la farmacia o el supermercado. Y lo más probable es que te hayas devanado los sesos leyendo todo lo que pone en esos paquetitos: “con hierro”, “con bífidus”, “con fibra”, “el grano completo”… hasta que por fin te decides por una de ellas.
Y ahora recuerda…, ¿te fijaste en el contenido en azúcares?
Su contenido es altísimo en la mayoría de papillas de cereales del mercado, varía entre un 20 y un 30% aproximadamente, es decir, pones 1 cucharada de azúcar por cada 2 o 4 de cereales. O visto de otro modo, un envase de 600 g contiene de 20 a 30 terrones de azúcar. ¿No te parece excesivo? A tu bebé no le ayuda en absoluto ese contenido en azúcar, bueno, si, le ayuda a tener más tendencia a la obesidad, a la preferencia por sabores dulces y a tener más propensión a sufrir caries dental… pero no te sientas mal. El marketing se encarga de confundirnos y darnos la información en letra pequeña, después de habernos engatusado con otras cualidades del producto.
A lo mejor hasta has leído “sin azúcares añadidos” en alguno de esos paquetes y por eso los cogiste, lógicamente, sin más, pensaste que eran sin azúcar. Pero una vez en casa, cuando preparas la papilla y la pruebas, mmm! está dulcecita! “Y ¿cómo puede ser? Si yo he comprado una papilla sin azúcares añadidos, ¿qué ingrediente llevan que tiene azúcar?” Pues ingrediente, ingrediente puro añadido, como tal… ninguno. Se trata de una estratagema para hacerte creer que le das a tu bebé un alimento saludable, ya que estamos rodeados de alimentos “sin” que nos suelen parecer más sanos.
El azúcar de los cereales infantiles: real, añadido y transformado
Los cereales en su forma natural tienen como mucho un 6% de azúcares (Departamento de Agricultura de los Estados Unidos), pero tienen una gran cantidad de almidón que es un hidrato de carbono complejo (que no está dulce), que se rompe en moléculas más pequeñas durante la digestión cuando los comemos.
Como puedes ver en la siguiente infografía, el almidón está formado por muchas moléculas de glucosa unidas entre sí.
Cuando ingerimos almidón en cualquier alimento, las enzimas que existen en nuestro aparato digestivo lo rompen hasta convertirlo en moléculas pequeñas que se pueden absorber en el intestino para proporcionarnos energía. Son las amilasas (salival y pancreática) y otras enzimas en el intestino como las gluco-amilasas y la maltasa.
No obstante, para que el almidón de los cereales se disuelva correctamente para preparar las papillas, se le somete a un proceso de hidrólisis inicial por amilasas iguales que las de nuestro organismo. Este proceso simplemente rompe el almidón en moléculas más pequeñas, las dextrinas, que siguen siendo algo complejas y no están dulces. El proceso puede detenerse aquí, dándonos la industria unos cereales infantiles de fácil preparación y con bajo contenido en azúcares.
También en este mismo punto del proceso, puede añadirse un contenido extra de azúcares, como la sacarosa (azúcar de mesa), miel, etc. En este caso los vendedores no podrían decir que los cereales no llevan azúcares añadidos, claro. Este es el caso de la gran mayoría de cereales infantiles que hay en el mercado.
O bien, se puede continuar con el procesamiento, mediante una segunda etapa de hidrólisis para fragmentar las dextrinas en azúcares. La cantidad de azúcares que presente el producto final dependerá del grado de hidrólisis que se lleve a cabo. Y de ese modo, parte del almidón que ya tienen los cereales, se convertirá en azúcares como glucosa, maltosa o maltotriosa. Y voilà! Ya tenemos cereales azucarados “sin azúcares añadidos”.
Hay ocasiones en las que las marcas nos quieren transmitir la idea de que la hidrólisis es para facilitar la digestión de los cereales, porque (dicen) sus enzimas digestivas no están aún en pleno funcionamiento. Pues ya es hora de que sepamos que esto es falso, puesto que hace muchísimos años que fue demostrado que los bebés pueden digerir la práctica totalidad del almidón de los alimentos incluso desde el primer mes de vida (De Vizia y cols, J Pediatr, 1975).
Recientemente Julio Basulto también publicó un post en el que habla de los “cereales sin azúcar” que tienen azúcar, os recomiendo su lectura para ampliar información.
Recomendaciones de ingesta máxima de azúcar en niños
La OMS acaba de publicar un documento en el que explica los efectos dañinos de la ingesta de azúcar en niveles elevados. Y da la siguiente recomendación para niños y adultos para evitar un exceso de peso y caries dental:
- Recomienda no superar la cantidad del 10% de los requerimientos energéticos diarios en forma de azúcar. Como ejemplo, 25 g de papilla (que es la cantidad mínima recomendada en la mayoría de envases de cereales infantiles) que contenga un 25% de azúcares (la mayoría oscilan entre el 20 y 30%), junto a 160 ml de leche de continuación (algunos envases indican que hay que utilizar incluso más cantidad por ración) supondrían alrededor de 60 Kcal debidas únicamente al azúcar. Dado que los requerimientos de un bebé de 6 a 12 meses van desde 600 a 750 kcal/día aproximadamente, con una dosis de papilla diaria (hay quien da más de una ración al día a su bebé), estaríamos alcanzando el máximo de azúcar diario. Es decir, no hay lugar para galletas, zumos, bizcochos, etc.
- Sugiere no superar la cantidad del 5%. Esto se traduce en que una sola ración de papilla con leche al día supera el máximo diario sugerido.
Otras formas de tomar cereales en la dieta
En primer lugar. Si le das a tu bebé cereales infantiles fortificados en hierro porque te preocupa que no coma suficiente hierro, te interesará saber que el hierro de los cereales fortificados tiene una biodisponibilidad de alrededor del 3% (Davidsson y cols, Am J Clin Nutr, 2000), y que la leche con la que se suelen preparar, la disminuye aún más por su contenido en calcio. La biodisponibilidad es mucho más alta en carnes rojas (30%), soja y derivados (20%), pescado (20%) y vegetales (10%) (Otegui y cols, Nutr Clin Diet Hosp, 2010).
Por otro lado, si tu bebé toma los cereales en biberón, te interesará saber que no está recomendado su uso, porque puede aumentar el riesgo de sobrepeso en bebés y niños (Bonuck y cols, Matern Child Nutr, 2010). Por tanto, la recomendación es que se los des con cuchara. Puedes ir reduciendo el contenido del biberón y empezar a dárselos a modo de desayuno, mezclándolos por ejemplo con unos que no lleven azúcar para reducir el contenido poco a poco. O bien eliminarlos por completo para dárselos en su forma natural junto al resto de alimentos en las comidas diarias.
Para dárselos en su forma original, puedes hacerlo mezclándolos en purés chafados con el tenedor. Y poco a poco ir dándoselos enteros para que aprenda a comerlos como lo hará cuando sea más mayor.
La meta es que acabe tomando los cereales igual que hacemos los adultos (o que lo haga desde el principio de la alimentación complementaria), del modo en que lo hacen los niños que practican baby led weaning, tanto de forma autónoma como con tu ayuda:
- Arroz
- Pasta
- Quinoa
- Cous cous o bulgur
- …
Por último, una sugerencia casera. Algo que hacemos en casa con mi peque, que come solo (echa un vistazo al post de baby led weaning), es darle bolitas de cereales. En nuestro caso, casi siempre se las damos de avena (la mezclas con agua o leche solo hasta cubrirla, y la hierves – vale con el microondas – luego espesa mucho cuando enfría, y le puedes dar forma de bolitas). Pero también hemos probado a dárselas de cereales infantiles sin azúcar (preparados con muy poca agua, leche o con bebida de avena, hasta que se pueden moldear), en forma de bolitas que coge él solo. ¡Le encantan! Eso sí, también se pone fino de pan, pasta y todo lo que tenga a su alcance… 😀
Y recuerda, cuando tu bebé sea más mayor, es probable que quieras limitarle los alimentos dulces, por los que casi todos tenemos debilidad alguna vez. Así que sé consecuente e intenta que no se acostumbre desde el principio a lo que luego no quieras que te pida. Cuando sean algo más mayores, podrán consumir dulces (galletas, bizcochos, tartas, etc.) sin problema de forma esporádica. El caso de los cereales infantiles es distinto, pues se hace todos los días, y en ocasiones varias veces al día.
Espero que estas ideas te puedan ayudar a cambiar aquellos hábitos que desees mejorar 😉 Pero en la alimentación infantil hay muchas variaciones. Lo importante es dejar que tu bebé se interese por la comida en su forma más natural, experimente, y disfrute comiendo!
Gracias por este interesante post. Me pregunto cómo es posible que los propios pediatras sigan recomendando este tipo de cosas.
Me ha encantado la idea de las bolitas de avena. Me surge una duda. A partir de qué edad puedo introducirselo a mi pequeña? Tiene ahora 6 meses y no sé si es demasiado pronto. Gracias por tu trabajo! Me he enganchado a tu página desde que te descubrí?
Gracias por tu comentario Irene! Me alegra que te sirva el blog. Es verdad que es muy triste que se recomienden estos productos solo por costumbre, sin pararse a pensar en su contenido y en las consecuencias que tienen sobre la salud de los niños (y los adultos que serán!). En cuanto a las bolitas, por poder puedes desde los 6 meses, pero lo más normal es que empieces cuando sepa hacer la pinza, para que se las lleve a la boca bien ella solita. No tengas prisa, que si le das alimentos adecuados y buen ejemplo, a la larga acabará comiendo de maravilla. Un beso y que disfrutes de la aventura de verla aprendiendo y conociendo la comida!
Hola Azahara:
Estaba leyendo este post porque me interesa darle avena a mi peque de seis meses dado que no tiene gluten y la avena tiene hierro, pero me surge la duda de si se puede ofrecer a partir de los seis meses porque en algunas páginas webs he encontrado que dicen no dar avena hasta que cumplan un año de edad, pero no explican el motivo.
¡Gracias y feliz año nuevo!
Hola Aída! Feliz año!! Si que puedes darle avena a partir de los 6 meses. Simplemente poco a poco como todos los alimentos. Un abrazo!!
¡Gracias Azahara!
Hola Azahara!!!
Me ha encantado tu post!!!! Aqui ando, interneteando, buscando información sobre la alimentación complementaria y la introducción de los cereales y me he encontrado con tu post, que repito, me ha encantadoooo!!!!! Y es que buscaba justo lo que has explicado.
Tengo una bebe que hace 6 meses esta semana y supongo que el pediatra en la visita que tenemos mañana nos dira para introducir cereales y verduras-frutas. Yo como tengo tendencia a la obesidad con mi hija quiero controlarlo y enseñarle correctamente desde chiquitina. La verdad es que no se como lo voy ha hacer, demasiadas cosas a tener en cuenta, supongo que sera empezar poquito a poco.
Muchisimas gracias por tu post!!!
Saludossss!!!!!
Muchas gracias Nerea! Es verdad que al principio parece todo muy complicado, pero luego los bebés nos marcan el ritmo y es más fácil. Por ahora limítate a evitar los productos azucarados y salados, y todo irá sobre ruedas! Poco a poco aprenderás lo demás, espero que te sirva mi blog!
Un abrazo!
Muchísimas gracias!! eso haré, evitar los productos azucarados y salados, gracias!!! ya te contare a ver que tal, porque hoy he encontrado tu blog y me quedo a seguirte!! encantada!!! 😉